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¡Toño se volvió a drogar!
Toño se fue de la casa y no supieron nada de él durante 3 días, cuando por fin se comunicó con su mamá, fue porque no tenía dinero y los papás del amigo con el que se había quedado, le dijeron que ya no querían que estuviera más en esa casa.
La familia de Toño fue por él y lo vieron muy relajado y quitado de la pena, por el momento lo regañaron, pero de manera muy superficial, no querían asustarlo, porque lo internarían en una clínica de rehabilitación de adicciones por 1 año o tal vez más, ya que ellos estaban seguros de que Toño había consumido marihuana y posiblemente cristal y si había consumido esto último, si lo dejaban sin anexar, en poco tiempo lo volvería a hacer.
Toño ha vivido encerrado en clínicas de rehabilitación en procesos de 1 año y medio, 1 año, 8 meses, 6 meses, 3 meses, ha repetido algunos lugares y vivido en total 7 procesos y este será su octavo encierro. Los papás de Toño siguen sin saber por qué no deja de drogarse, han gastado mucho dinero y están cansados de vivir preocupados por su hijo de 28 años.
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Como esta hay muchas historias similares, cada una con sus detalles únicos. En la activa (cuando las personas consumen drogas de manera activa y continua) se dice que es “la misma película pero con diferente actor”.
¿Por qué se drogan las personas?
En las clínicas de rehabilitación se maneja la adicción como una enfermedad, se dice que la persona tiene un vacío espiritual, y solo Dios puede salvarlo, por eso el tratamiento tanto de Alcohólicos Anónimos, comunidades Terapéuticas y los anexos entre otros hacen un gran hincapié en que el alcohólico o adicto tiene que creer en un poder superior para lograr volver a un sano juicio.
Considerando la enfermedad de la adicción como multifactorial, además de la negación de creer en un poder superior, se dice que las personas alcohólicas o drogadictas tienen una historia de aprendizaje donde trataron de llenar ese vacío con el placer momentáneo que dan estas sustancias.
En sus historias de vida las personas presentan vulnerabilidades, por ejemplo no saben ponerse límites, ni ponerlos a los demás, su autoestima (amor propio) es muy baja y para compensarla tienen un ego muy grande o se victimizan, entre muchas otras cosas tristes.
Por esto cuando existe una situación que jala el gatillo se detona el comportamiento impulsivo de consumir o de tener un comportamiento no saludable, agresivo o inadecuado, porque las consecuencias inmediatas y a veces las consecuencias tardías los liberan de sus momentos incómodos o de incertidumbre que no aprendieron a sobrellevar.
Es decir, el alcohólico o adicto pone su bienestar en el alcohol, las drogas, en situaciones que se tornan insanas y en relaciones que se vuelven tóxicas, porque buscan esa estabilidad fuera de ellos, porque no pueden y no saben encontrar ese bienestar en ellos mismos.
¡Toño se volvió a drogar!