Motivo por el que Michael Jordan jamás fue entrenador de la NBA
Michael Jordan se retiró definitivamente de la NBA tras sus etapas en Chicago y Washington y fue dueño de Charlotte, pero no pensó en ser entrenador.
Después de la agitada carrera deportiva como jugador de Michael Jordan, para muchos el mejor de la historia del baloncesto, llegaron otros encargos y, al gozar de una seguridad financiera sin parangón, otros caprichos. El neoyorquino, salido de la factoría de los Tar Heels de North Carolina con la que triunfó en la NCAA para después ser seis veces campeón de la NBA con Jackson en los Bulls, ha vivido la vida de los grandes, con excentricidades como las hasta tres retiradas que protagonizó, su incursión fallida en el béisbol y, con posterioridad, aficiones como el golf o las carreras de coches. El negocio, que en su caso es extremadamente particular (su marca homónima se desligó de Nike al ser tan o más popular que la matriz, siendo ejemplo histórico en el mundo corporativo), también ha cubierto buena parte de su tiempo. Propietario de equipos, porción de inversores con mano en instituciones, etc. Pero, además de que sus apariciones sean contadas, nunca quiso volver al parqué, ya le ocupó su tiempo.
Michael Jordan, tras disputar 15 temporadas de la mejor liga del mundo, las vio de todos los colores. Por ejemplificar, se tuvieron que cambiar las reglas de arbitraje para frenar una deriva perjudicial para la belleza deportiva y que a él, por calidad, le beneficiaba; tuvo el triunfo más amargo levantando el trofeo después de que hubiera muerto su padre; el divorcio de Juanita Vanoy; su reputación como persona y modelo de conducta; y más hechos biográficos.
Durante los éxitos de los Bulls, doble triplete para ganar la NBA (91-92-93 y 96-97-98), una de las constantes fue Phil Jackson. El maestro del zen triunfaría después con Kobe Bryant en los Lakers durante otras dos etapas, nada sorprendente dado que se trataba de un calco de Jordan con otra camiseta. Los preceptos que le enseñó, cómo supo adaptarse a la estrella a la que él manejaba, el aura, la capacidad de escucha, el carisma y otras consideraciones hacen que ‘Air’ tenga a Jackson, aunque le guste mencionar a otros genios como Larry Brown o Pat Riley, en un auténtico altar. Quizá eso haya desembocado en otra decisión que Jordan tomó y tiene meridianamente clara.
Michael Jordan, que ahora tiene 61 años de edad, nunca quiso ser entrenador. Su irascible carácter le jugó malas pasadas en la etapa como jugador, con broncas por todos sabidas, enfrentamientos, humillaciones, reprimendas enmascaradas como motivación, insultos y peleas. El tacto para modelar a chavales jóvenes, como Olajuwon hace con sesiones privadas o su excompañero Kerr logró en una franquicia que convirtió en dinastía, no era lo suyo.
Jordan no se ha planteado en ningún momento ser entrenador de baloncesto. En una entrevista con Marvin R. Shanken para la revista Cigar Aficionado, oral y escrita, explicó cuál es su parecer al respecto: “No tenía paciencia para entrenar. Mi mayor problema, desde el punto de vista competitivo, es que la visión que tengo del juego de hoy es totalmente distinta a la mía. Para mí, pedirle a un chico que viese o se tomase las cosas como lo hacía yo, que jugase así, sería injusto. Y, si lo pidiera y no lo hiciese, no sabría decir cómo respondería emocionalmente. No considero que hubiese tenido paciencia para ello. Entrenar es algo que nunca pensé que pudiera hacer desde un punto de vista emocional. Soy muy distinto, en percepción, a los chicos de hoy en día”.
FUENTE: AS.COM