Entre los detenidos, se contabilizaron 18 mujeres y 79 hombres, todos vestidos con la distintiva indumentaria rojiblanca que identifica a los seguidores del popular equipo de fútbol. La magnitud del conflicto fue tal que requirió la intervención de un destacamento policial para restablecer el orden en las inmediaciones del estadio.
Tras la aprehensión, los 97 individuos fueron trasladados a los Juzgados Municipales para enfrentar las consecuencias legales de su participación en los disturbios. La acción de las autoridades busca enviar un mensaje claro sobre la intolerancia y la violencia en eventos deportivos, reforzando la necesidad de mantener la seguridad y la cordura en el entorno público.
Aunque las causas exactas de la riña aún no han sido reveladas oficialmente, se especula que diferencias entre grupos de aficionados podrían haber sido el detonante de los enfrentamientos. La situación está siendo investigada minuciosamente por las autoridades locales, quienes buscan identificar a los responsables y tomar las medidas pertinentes para prevenir incidentes similares en el futuro.
Mientras tanto, la comunidad deportiva y las autoridades instan a los seguidores del fútbol a disfrutar del deporte de manera pacífica y respetuosa, recordando que la pasión por el juego no justifica comportamientos violentos ni desorden público.