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No voy a ir al psicólogo, ni que estuviera loco
Esta expresión contiene toda la lógica de la educación y el tipo de pensamiento que
tenemos la gran mayoría de los mexicanos, aunque nos estemos ahogando en problemas
personales, de pareja, con la familia, entre muchos otros, no vamos a ir al psicólogo, porque los mexicanos “podemos resolver todo solos” o hasta el momento en que ya se esté “bien tronado”.
Pero, amigas y amigos, lectores, la salud mental es un rubro de vital importancia que nosotros, los mexicanos solamente le damos valor y la tomamos muy en cuenta cuando alguien externo a nosotros, como el jefe del trabajo o en la escuela de nuestros hijos, nos manden a terapia psicológica.
Es ahí cuando decidimos ir a recibir ayuda profesional y a terapia, lamentablemente sucede cuando ya estamos “bien locos” por toda la bola de problemas que hemos sobrellevado, malabareando nuestra vida… Es solo en este contexto cuando el mexicano que está atravesando esta situación, que ya “se está quedando loco” por no pedir ayuda, es cuando decide acudir al psicólogo.
¿Te suena familiar todo esto?
El diccionario de la lengua de la Real Academia Española define a la psicología como
“Ciencia o estudio de la mente y la conducta en personas o animales”, de esta manera, la
psicología es una ciencia de la salud, como la medicina o la nutrición, solo que esta no
estudia al cuerpo, si no nuestros procesos mentales, pensamientos, emociones y nuestros
comportamientos o acciones.
Por ello, distinguido lector, si en alguno de estos elementos o partes de tu vida
consideras que no están siendo saludables para ti o para tus seres queridos, un psicólogo te
puede ayudar a resolver todo ese desorden mental, emocional, psíquico y todo lo que perturba tus emociones con el día a día.
Con esta información, cuando estemos sobrepasados de estrés, ansiedad, sentimientos
autodestructivos como el enojo, frustración, tristeza, entre otros, y no queremos acudir a recibir ayuda profesional por nuestra salud, podemos ser más honestos con nosotros mismos y modificar un poco la expresión:
“No voy a ir al psicólogo hasta que ya me esté volviendo loco”.