En Puerto Vallarta, los mapaches se han convertido en una presencia habitual durante las noches, especialmente en la zona cercana al Estero El Salado, uno de los principales humedales urbanos de la región. Estos animales salen de su hábitat natural en busca de alimento, llegando incluso a explorar avenidas principales, comercios y restaurantes de la ciudad.

Mapaches en busca de comida

El comportamiento nocturno de los mapaches los lleva a recorrer áreas urbanas, donde su agilidad y curiosidad los hacen ingresar a espacios donde pueden encontrar restos de comida. Comerciantes y habitantes han reportado la presencia de estos animales en contenedores de basura, terrazas de restaurantes y en algunos casos, dentro de los establecimientos mismos.

Su actividad ha captado la atención de los vallartenses, quienes a menudo los filman o fotografían en sus recorridos. Sin embargo, no todo es positivo: algunos mapaches terminan siendo atropellados al cruzar avenidas concurridas, lo que evidencia el impacto de la expansión urbana en su entorno.

El Estero El Salado, su hogar natural

El Estero El Salado, una reserva natural protegida, alberga una rica biodiversidad, incluidos los mapaches. Este ecosistema, que equilibra áreas de manglar y fauna silvestre, enfrenta desafíos debido al crecimiento urbano y la interacción de los animales con los humanos. Aunque los mapaches son expertos en adaptarse, su incursión en la ciudad pone en riesgo tanto su seguridad como la de las personas.

Recomendaciones para la convivencia

Para proteger a los mapaches y minimizar los conflictos, especialistas sugieren a los habitantes:

Evitar dejar restos de comida en la vía pública, ya que esto atrae a los animales fuera de su hábitat.

Conducir con precaución cerca de las áreas naturales durante la noche.
Respetar los espacios protegidos y apoyar iniciativas de conservación como las del Estero El Salado.

La presencia de los mapaches en Puerto Vallarta no solo resalta la riqueza natural de la región, sino también la importancia de convivir de manera responsable con la fauna local. Su aparición nocturna es un recordatorio de que, incluso en un destino turístico en constante crecimiento, la naturaleza sigue reclamando su espacio.